*¿Cómo influye una dieta baja en calorías en la función de la tiroides?
*¿Se puede regular la función de la tiroides con dieta?
*¿Qué factores desestabilizan el nivel hormonal?

Por desgracia, en ocasiones no se presta atención a las enfermedades concomitantes que señalan las pacientes y que no se eliminarán mediante un consumo de hormonas únicamente. En esta situación, una dieta adecuada puede ser de gran ayuda.
La tiroides es una glándula de secreción interna que produce las hormonas responsables de nuestro metabolismo. Para que funcione correctamente, necesita los ingredientes adecuados que obtenemos del alimento. Si descuidamos nuestra alimentación durante mucho tiempo, es común que suframos numerosos déficits alimentarios e insuficiencias, no solo por parte de la tiroides, sino también de los intestinos, el hígado, la vesícula biliar o el estómago.  Estos son los síntomas más comunes de este estado:

  • Aumento de masa corporal en poco tiempo.
  • Piel seca, caída de cabello, uñas quebradizas.
  • Cansancio crónico.
  • Estreñimiento/flatulencias, a veces diarrea.
  • Reflujo/ardor, sensación de pesadez del estómago.
  • Estados de ansiedad/obsesión/inicios de depresión.
  • Problemas de insomnio, despertarse por la noche, levantarse con cansancio.
  • Problemas de concentración, pensamientos dispersos (sobre todo por la noche).
  • Problemas para quedarse embarazada.

En el caso de los problemas mencionados, es necesario garantizar un diagnóstico adecuado y un trabajo correcto de todos los órganos de nuestro cuerpo. El hipotiroidismo o la tiroiditis son una suma de los síntomas que se han enumerado, que pueden manifestarse durante muchos años antes de que la enfermedad aparezca. El tratamiento sintomático se limita únicamente al suministro de la hormona T4 no activa, que se encargará principalmente de regular el nivel de la TSH, o tirotropina, que es la hormona de la glándula pituitaria. Para determinar y eliminar las causas de la enfermedad, siempre es necesario conocer el estilo de vida y los comportamientos alimentarios del paciente. De esta manera, también podremos informarle de sus errores. Mejorar la calidad de la dieta siempre será el camino al éxito, que no es otro que mejorar la salud y la calidad de vida.

Existen numerosos errores alimentarios que perjudican el funcionamiento de la tiroides. En nuestras consultas nos encontramos con los siguientes: varios intentos de adelgazar por cuenta propia, experimentar con la comida (a veces aplicar monodietas, es decir, dietas basadas en uno o dos ingredientes) o aplicar dietas de hambre prolongadas.

DIETAS BAJAS EN CALORÍAS, DIETA DUKAN Y HASHIMOTO

Al describir el tema del hipotiroidismo y la tiroiditis o enfermedad de Hashimoto, es necesario hablar de esas dietas populares que se ofrecen a gran escala y que supuestamente ofrecen resultados espectaculares a la hora de adelgazar a cualquiera que las siga. En nuestra consulta es común observar que las mujeres con Hashimoto, meses e incluso años antes de que se las diagnosticara, siguieron la dieta Dukan, y en la actualidad aplican restricciones calóricas enormes para lograr una pérdida de masa corporal.

La mayoría ya está familiarizada con las normas de la dieta Dukan y no hace falta presentarlas. A modo de resumen, se trata de una dieta proteica cuyo principio más importante es consumir gran cantidad de lácteos magros y carnes. Las fuentes de grasa y de hidratos de carbono se descartan en su gran mayoría. Al principio proporciona un adelgazamiento espectacular, pero con el tiempo provoca consecuencias graves para la salud. Lo que hemos podido constatar gracias a entrevistas con las pacientes es que a pesar de que su salud empeore durante la dieta, siguen con ella porque las ganas de perder sus kilos de más son mucho mayores que los efectos secundarios que sufren. Estos comportamientos prologados en el tiempo suelen conducir al hipotiroidismo, que está asociado con un deterioro de la función intestinal, estomacal, hepática y de la vesícula biliar.

Como ya he mencionado, para funcionar correctamente, la tiroides necesita por lo menos varios nutrientes indispensables, entre los que se encuentran el hierro, el selenio, el zinc, el yodo, el magnesio, los carbohidratos o las grasas. Seguir la dieta Dukan durante mucho tiempo provoca déficits de hierro, ya que se basa principalmente en lácteos. Este elemento regula, entre otras cosas, nuestro nivel de energía y el estado de nuestro cabello y nuestras uñas. En algunos casos, el déficit de carbohidratos en la dieta puede provocar en una etapa avanzada falta de energía, somnolencia, apatía y cansancio constante. Como en la dieta Dukan no hay ninguna fuente de carbohidratos ni de grasas, el organismo no tiene de dónde sacar energía para su funcionamiento diario. La tiroides ralentiza su función de manera natural y produce una menor cantidad de hormonas. Por otro lado, el exceso de proteínas debilita con el tiempo la función del hígado y los riñones, responsables de limpiar el organismo de toxinas. Después de un cierto tiempo, en el cuerpo de las mujeres que siguen la dieta Dukan se puede empezar acumular la homocisteína, un factor de riesgo cardiovascular. Se trata de un aminoácido que surge a partir de otro aminoácido, la metionina, que contienen los productos animales. Los humanos lo necesitamos en pequeñas cantidades, pero por desgracia, si no tomamos vitaminas del grupo B, sobre todo B6, B12 y B9 (ácido fólico), el proceso de transformación de metionina en homocisteína se altera y este aminoácido empieza a acumularse en los vasos sanguíneos, provocando al final problemas en el sistema circulatorio.

Además, estas transformaciones bioquímicas tienen lugar con la colaboración del hígado y los riñones, que en una situación de sobrecarga de proteínas no funcionarán correctamente. Un consumo excesivo de lácteos también puede provocar cambios en el pH del estómago, lo que repercute negativamente en sus capacidades digestivas.
En casos de déficits prolongados de grasas en la dieta (sobre todo ácidos grasos saturados), el organismo sufrirá numerosos trastornos adicionales. Principalmente, le estamos privando de vitaminas solubles en grasa (A, D, E y K) y colesterol. Todos estos ingredientes son indispensables para producir y segregar hormonas. Por lo tanto, no debería extrañarle a nadie que la dieta Dukan altere el sistema endocrino. Como consecuencia, aparecen síntomas como cambios de humor, mayor propensión a sufrir estrés, trastornos menstruales, problemas cutáneos, disminución de la inmunidad e incluso problemas para quedarse embarazada. Asimismo, al evitar las grasas en nuestra dieta, empeoramos la función de nuestra vesícula biliar. Como este es un órgano responsable de almacenar y segregar la bilis necesaria para digerir las grasas, su déficit en la dieta provoca un empobrecimiento de su función e incluso puede acarrear una formación de cálculos biliares.

También vale la pena mencionar la calidad de los productos que predominan en la dieta Dukan. Su autor solo indica que la dieta debe ser rica en carne magra y lácteos magros. Como estos productos están a la disposición de cualquiera, las personas que eligen este método de eliminar su exceso de tejido adiposo basan su alimentación diaria en aves de granjas industriales y lácteos producidos a gran escala. Todos sabemos que este tipo de carne está repleta de antibióticos y hormonas, y que las aves de las que se obtiene suelen estar enfermas y alimentarse a base de comida artificial. Los lácteos también son de baja calidad, se producen a partir de leche UHT que permanece meses en las tiendas. El exceso de toxinas, aditivos artificiales y hormonas procedentes de estos productos puede acumularse en el organismo, alterar su equilibrio y a la vez provocar enfermedades autoinmunes.

COMO CUIDAR DE LA TIROIDES DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA DIETOTERAPIA

El funcionamiento adecuado de la tiroides depende en gran medida de la cantidad y la calidad de los productos que consumimos. No funcionará correctamente si nuestra dieta es demasiado rica o demasiado pobre en carbohidratos y grasas. Asimismo, es crucial proporcionarle al organismo los minerales necesarios y cuidar de la función del resto de órganos que influyen directamente en la tiroides. La dietoterapia se debe introducir después de llevar a cabo una entrevista médica/alimentaria exhaustiva con el paciente. Para establecer un diagnóstico adecuado, debemos apoyarnos en análisis de laboratorio (TSH, ft3, ft4, Anti-TG, Anti-TPO como parámetros básicos que nos ayudan a determinar la función de la tiroides) y recabar información sobre afecciones potenciales. No debemos restarle importancia a ningún dato que nos indique el paciente. El estado de sus uñas o sus problemas de sueño pueden informarnos de cómo funciona su tiroides.

Recordemos que la dieta se debe elaborar de manera individual con base en la información recabada. No obstante, la función adecuadad de la tiroides depende de varios aspectos que se describen a continuación:

  • Carbohidratos: El consumo de carbohidratos depende de muchos factores. Consumir carbohidratos con regularidad (por ejemplo, en cada comida), a menudo en lugar de grasas, puede provocar hipotiroidismo, es decir, un estado en que la cantidad de ft3 (hormona activa responsable del metabolismo) es demasiado baja en comparación con la cantidad de ft4. Esta situación acarrea una acumulación de tejido adiposo. Seleccionar adecuadamente la cantidad y la calidad de carbohidratos, teniendo en cuenta el momento del día, el tipo de actividad física y la figura del paciente es una de las tareas clave de la dietoterapia.
  • Grasas: Un consumo de grasas demasiado bajo altera la función hormonal y hepática, lo cual repercute en la tiroides. Uno de los errores más comunes es renunciar a tomar ácidos grasos saturados y colesterol exógeno. Por otro lado, en esas dietas la única fuente de grasa son grasas vegetales con alto contenido de ácidos omega 6. Cuando el organismo no se encuentra en equilibrio, favorecen las inflamaciones y en ocasiones intensifican las enfermedades. Por lo tanto, debemos garantizar una dieta que tenga una proporción correcta de ácidos grasos omega 3 y omega 6. Un tratamiento común consiste en eliminar de la dieta la mayoría de las fuentes de ácidos omega 6 y consumir más cantidad de ácidos omega 3.
  • Minerales y vitaminas: Como ya se ha mencionado, la tiroides necesita una serie de minerales. Si una alimentación es inadecuada y prolongada provoca un agotamiento de las existencias de cualquiera de ellos, puede desarrollarse una enfermedad. En el caso del hipotiroidismo, a menudo aparecen problemas de déficit de hierro o vitamina B12. En primer lugar debemos evaluar su consumo en la dieta. Si parece ser adecuado, debemos analizar la función del estómago, donde tiene lugar la asimilación de vitamina B12, y la función de los intestinos, donde se absorbe el hierro. En cualquier otro caso, debemos garantizar un consumo adecuado de los ingredientes descritos en la dieta diaria. Por otro lado, tanto el déficit como el exceso de yodo en el organismo pueden ser un factor que provoque tiroiditis. Asimismo, suele estar relacionado con un nivel de selenio inadecuado. Para evaluar estos u otros déficits de minerales, se recomienda determinar su nivel mediante un análisis primario de un pelo o un análisis de orina, como en el caso del yodo.
  • Vitamina D3: Esta sustancia se trata como un problema individual, ya que su déficit suele considerarse un desencadenante de la enfermedad de Hashimoto. Se estima que un nivel bajo de vitamina D en el organismo provoca un incremento de la cantidad de anticuerpos TPO. Las principales causas del déficit de vitamina D son una exclusión de grasas de la dieta, una falta de exposición al sol, la aplicación de filtros solares y la falta de la suplementación externa obligatoria en otoño-invierno. Cometer esos mismos errores durante años provoca que el nivel de 25(OH)D3  en el organismo sea cada vez más bajo. En el caso de la enfermedad de Hashimoto, a menudo se dan síntomas cercanos a los síntomas de la depresión, infecciones recurrentes y trastornos del sistema endocrino. Una suplementación externa de vitamina D en combinación con la vitamina k2-mk7 elimina de manera eficaz las afecciones mencionadas y reduce el nivel de anticuerpos.
  • Intolerancias y alergias alimentarias retardadas: Este problema es muy común y no solo provoca patologías de la tiroides. Está relacionado con el síndrome de intestino permeable que sufre una proporción cada vez mayor de la sociedad. Como consecuencia de una dieta inadecuada –por ejemplo rica en azúcares–, del estrés crónico y de la ingesta de medicamentos y antibióticos, los intestinos se deterioran. Esto no solo empeora la digestión y provoca flatulencias, sino que también repercute en nuestro bienestar y causa enfermedades autoinmunes. Mejorar la función intestinal e impermeabilizar sus barreras es un gran paso hacia un mejor estado de salud. Este paso consta de varios elementos, como por ejemplo seguir una dieta de eliminación, limitar el estrés o introducir una probioticoterapia. Los productos alimenticios menos tolerados son el gluten, los lácteos, los huevos, los frutos secos y los mariscos. No obstante, se recomienda llevar a cabo una evaluación completa para descartar otro tipo de alimentos que repercutan de manera negativa en los intestinos y en todo el organismo.
  • Limitar el estrés: Además de los factores alimentarios - dieta de eliminación individual, complementación de déficits alimentarios y mejoría de los órganos alterados–, merece la pena tener en cuenta otros factores que no están relacionados del todo con la dieta. De hecho, el hipotiroidismo no está relacionado únicamente con una alimentación inadecuada. Principalmente, debemos intentar eliminar o al menos limitar las fuentes del ubicuo estrés. Podemos hablar de muchas causas, desde una ausencia de la regeneración adecuada mediante las horas de sueño necesarias, hasta una exposición a situaciones psicológicamente pesadas.

Llevar un estilo de vida demasiado activo y estresante también provoca una disfunción de este órgano. Asimismo, eliminar las toxinas de la alimentación y las sustancias químicas de los cosméticos, la ropa y el hogar influye positivamente en el estado de la tiroides y de todo el organismo. Siempre es recomendable elegir alimentos de calidad adecuada y rodearse de productos naturales de uso diario.

RESTABLECIMIENTO DEL EQUILIBRIO INMUNOLÓGICO DEL ORGANISMO

El restablecimiento del equilibrio inmunológico del organismo es también un método terapéutico natural indispensable. En muchas ocasiones, los problemas de tiroides están causados por infecciones víricas, bacterianas o parasitarias pasadas. En función de las que se hayan sufrido, el sistema inmune reacciona de una manera correspondiente. Esto siempre desencadena una respuesta que suele expresarse en las enfermedades cotidianas. Por ejemplo, la infección por helicobacter pylori, que suele venir precedida de un reflujo permanente, provoca el debut de la enfermedad de Graves-Basedow  (tiroiditis resultante en hipertiroidismo). Eliminar los patógenos mediante un restablecimiento del equilibro en el sistema inmune debería ofrecer un efecto terapéutico positivo. Además de la dieta individual, también se pueden emplear hierbas, sustancias naturales, una probioticoterapia dirigida e incluso acupuntura.

Este artículo señala varias causas de los problemas en la función de la glándula tiroides. En la práctica, las alteraciones de su función son un reflejo de otros problemas relacionados con la función de casi todo el organismo. La dietoterapia resulta ser prácticamente indispensable para tratar estas alteraciones. Individualizar la dieta, si es posible con base en los análisis correspondientes, es fundamental. No obstante, debemos adoptar un enfoque general y natural ante las afecciones descritas para garantizar una terapia eficaz y exhaustiva.

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