Es muy importante en el trabajo con un niño con trastornos del desarrollo, despertar una motivación positiva para actuar. Los niños con autismo pueden no mostrar gran deseo para conocer el mundo, tampoco tienen la motivación interna para tomar diferentes acciones. Esto no significa, sin embargo, que un maestro no puede tratar de generar motivación para trabajar. Para los niños que se desarrollan de manera armoniosa a menudo les bastan los elogios y el aprecio por parte del entorno para que realicen con gusto varias acciones durante el día. El hecho de lograr el éxito en la acción también es motivador para los niños. El deseo de explorar el mundo y la falta de miedo a la novedad en los niños que se desarrollan de modo típico hacen que sea un trabajo relativamente fácil motivarlos a trabajar en el preescolar. Desafortunadamente, los mismos métodos utilizados para trabajar con niños con trastornos del desarrollo a menudo resultan ser ineficaces. Los niños con autismo debido a la reducción de la motivación interna, la dificultad para percibir y comprender los mensajes sociales, a menudo no responden a los elogios, los aplausos y el reconocimiento del entorno. Uno puede tener la impresión de que el maestro está más interesado en enseñar algo que el mismo niño en aprender.
Tipos de premios
Para poder motivar eficazmente al niño a trabajar, se debe responder a la pregunta: ¿Qué es lo que le gusta a un niño? ¿Qué le importa? Los premios se pueden dividir en:
Las golosinas constituyen unos premios que más efecto tienen (patatas fritas, cacahuetes, chocolate). Un efecto un poco menos eficiente son los premios materiales o premios en forma de actividades (soplar burbujas, juegos en tableta, pegatinas, juguetes con sonido). Los más débiles para los niños con autismo son los elogios y los mensajes sociales (chocar esos cinco, chocar u puño, etc.). Los premios que son más fuertes rápidamente conducen a la saturación: el niño se puede aburrir rápidamente. En una parte de los niños no se pueden aplicar premios en forma de golosinas porque no se lo permite la dieta ni las alergias a los alimentos. El niño se aburre un poco más lento con los premios materiales, y más lento aún – con elogios, pero se debe tener en cuenta que pueden constituir una respuesta muy débil para el niño en la etapa inicial del trabajo. En la etapa inicial de la terapia, es posible que no aprecie el elogio, tal vez no entienda su significado. En el caso de los niños con autismo, el premio utilizado en el trabajo pueden ser juguetes, especialmente aquellos que permiten el suministro de estimulación sensorial específica.
Para los niños que prefieren las experiencias visuales, pueden ser atractivos los siguientes: los juguetes luminosos; los que se pueden poner en movimiento (peonzas, botellas llenas de arena de colores, carretes de agua), pero también la capacidad de ver dibujos animados en video, ondear las cintas. Los niños a los que les gustan las sensaciones táctiles pueden interesarse en juguetes como juguetes de gelatina que se estiran, plastilina, juego con productos a granel como arroz, almohadillas de gelatina para calentar y enfriar. Para los niños que disfrutan de las sensaciones auditivas, pueden ser motivadores los instrumentos, escuchar canciones, jugetes con sonido. Los niños que prefieren los juegos basados en el movimiento pueden disfrutar de: columpios, columpiarse en la manta, saltar en el trampolín. Es importante que el maestro cuide al niño y pregunte a padres qué es lo que le gusta. Esto permite reunir la caja de premios individuales para el niño.
Uso de premios
Es muy importante que el profesor use los premios siguiendo las reglas que se indican a continuación:
En algunos niños, los juguetes o las actividades siguen siendo poco motivadores para iniciar acciones. Puede ser útil usar premios en forma de golosinas; por supuesto, la decisión debe consultarse con los padres e implementarse con su consentimiento. Esto no significa que un niño con autismo debe “trabajar” para obtener golosinas. Si para un niño es atractivo jugar con una tableta, no hay necesidad de implementar recompensas en forma de golosinas. Sin embargo, es importante que, si el maestro decide usar premios en forma de golosina en el trabajo con el niño, la cantidad de productos otorgados a la vez no es grande. Si el niño trabaja para tener la posibilidad de comer chocolate, es aconsejable dividir un trozo de chocolate en 4 pedazos o más. Esta acción es resultado de que un niño durante un día de trabajo puede ser premiado varias veces. Si el maestro le diera grandes trozos de chocolate unas cuantas veces, entonces al cabo de 2 a 3 tareas, el chocolate puede dejar de ser atractivo, porque el niño se sacia con él. También se debe recordar que se debe dejar de usar las golosinas lo antes posible.
Más tareas solicitadas por el maestro realiza el niño por sí solo, menos premios se concedan por las acciones particulares, por ejemplo, cada segunda instrucción, cada segunda tarea. También se debe tratar de hacer lo posible para premiar con los elogios únicamente las tareas fáciles de realizar para el niño, y las nuevas tareas deben ser premiadas con premios materiales junto con elogios. Al usar este sistema de premios, podemos construir una motivación infantil positiva y promover la cooperación con el maestro. Las nuevas tareas o aquellas que son difíciles, deben premiarse cada vez, las que se domina bien, con menos frecuencia. Pongamos un ejemplo: una tarea difícil/nueva debe ser premiada con un elogio y, además, un juguete, y la tarea fácil solo puede ser premiada con un elogio.
Se puede pensar que premiar al niño con juguetes es una forma de soborno o no es natural. ¡Nada más confuso! A los niños que se desarrollan de manera típica, los premiamos con elogios porque son muy importantes para los niños y motivan al niño a actuar. Además, los padres de niños en desarrollo típico, frecuentemente usan sistemas de motivación en forma de tiempo extra con el ordenador a cambio de realizar una tarea específica. Los niños con trastornos del desarrollo al principio no comprenden la importancia del elogio, por lo que no será un motivador lo suficientemente fuerte. En el trabajo con niños con autismo, es importante usar los premios que son muy importantes para el niño y no los que elige el maestro, guiándose por las preferencias o intereses personales del resto del grupo preescolar.